30 agosto, 2010

Todo cambia.

¿Tienes que buscarme en un papel cuando me tienes delante? ¿Debo dibujar corazones para no sentirme mal? Me parece estúpido. De niños pequeños. No compartimos muchas ideas. Ya no pinto corazones en los bordes de los apuntes, porque las hojas no son mías. No voy a encontrar tu nombre en un árbol, ni siquiera voy a esforzarme en mirarlo. Tampoco voy a ser la persona que escriba una fecha en una mesa, en una pared, en un papel. Alguien vendrá, y romperá la mesa. Otro irá, y tirará la pared, o la pintará. Pasado el tiempo, el papel caerá en manos poco apropiadas y acabará en una hoguera. ¿Para qué propagar nuestro amor, si sólo necesito que lo sepas tú, ahora? No quiero que lo sepas mañana, porque no sé si mañana seguiré sintiendo lo mismo. Las cosas cambian. Las personas cambian. Y las iniciales que comparten tu vida también cambian.

No hay comentarios:

Publicar un comentario