30 enero, 2011

Contradicciones

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Cuando ves cosas así por la calle, te preguntas qué haces mirando como un idiota las miradas que se echan otros cuando tú podrías estar viviendo lo mismo. Desvías la mirada y te concentras en otra cosa, porque no te sientes cómodo viendo como todos parecen quererse el día en que a ti no te tienen mucho cariño. Sin embargo, cuando estás feliz porque ha sido la noche de tu vida, cuando has conseguido el beso en el portal y las caricias en la cama, entonces, ¿qué te parece observar a la pareja que se come con los ojos, que se derrite entre palabras de amor? Qué monos, ¿verdad?

25 enero, 2011

Cinco sentidos.

Sabía que entrarías. Conocía tus pasos desde el primer día que decidí no quererte demasiado. Y te dejé, te permití recorrer mi cuerpo, mi corazón, mi mente, pensándome lo suficientemente inteligente como para pararte cuando me estuviese enamorando de nuevo. En realidad, fui bastante idiota y destruí los muros para que tus ojos pasasen una noche en los míos. Brillabas. Te prometo que aquella madrugada tus sonrisas se contaban por millones. Te juro que esa mañana el desayuno me supo a cielo mientras me besabas el hombro, asegurándote de que no iba a levantar vallas entre tú y yo una tarde más. Recuerdo que hacía mucho que no me sentía así, feliz porque tú reías, contenta porque tú estabas alegre, incrédula por descubrir que la felicidad de una persona como tú se limitaba a que recibieran con gusto tus caricias. Desde que me había aconsejado alejarte, había perdido el interés en tus suaves manos y tus susurros, y de repente me vino el olor de tu piel, el tacto de tus dedos andando libremente por mi pelo, la vista de tus labios de cerca, el sonido de tu respiración tranquila, de tu corazón saltando en el pecho, el sabor de tus besos.

10 enero, 2011

Bonsai

Si te digo la verdad, cuando salí de casa para ir en tu busca, no estaba, precisamente, de buen humor. Iba con el plan de acabar con tu paciencia una vez más, pero tuvisteuna gran idea. Viniste a saludarme, con una sonrisa y un "Buenos días" escrito en la frente. Me costó resistirme, siendo sincera. No me esperaba que sacases del coche nada, ni un simple detalle. No aguardaba cartas, más disculpas o una rosa. Pero... ¿Un bonsai? ¿Quién, en su sano juicio, sabe que le van a regalar un bonsai? Prometo que me quedé paralizada y que, mientras soltabas de memoria todo lo que te habían recitado en la floristería, no era capaz de centrarme en la información que me estabas dando. Olvidé por qué habíamos discutido por la noche, las lágrimas e, incluso, el "Gracias". En realidad, mi cabeza se bloqueó de tal manera que... No entendía nada. Ni que hacías allí a las once de la mañana, ni que hacía yo contigo, ni siquiera qué narices significaba ese árbol en miniatura entre mis manos. Sólo podía pensar en una cosa: Que te quería.   

01 enero, 2011

2010

El dos mil diez se ha llevado muchas cosas con su desaparición. Además de pequeños disgustos, ha traído grandes ilusiones. Ha sido... Uno de los mejores años. Aunque eso se dice de todos los que pasan. Con el tiempo, empiezas a comprender el sentido de la frase "Después vendrá quien bueno te hará". Así, las primaveras van corriendo en la mente más rápido, más deprisa, hasta que, entre verano y verano, parece haber únicamente una semana. En realidad, cada uno de los años que he podido vislumbrar han sido inolvidables. No podría elegir uno de entre los diecisiete (y medio), que he visto andar a mi lado, así que he decidido que no voy a despedirme de ellos. Puedo cogerlos y llevármelos a cuestas. No me costará porque sé que ninguno me ha dejado sin sonrisa, sin promesa cumplida o sin ganas para llegar al siguiente. 2010, quédate conmigo un rato más. Agarremos una copa y celebremos los momentos que hemos vivido juntos. No te vayas todavía, no te marches aún. Quiero que me recuerdes qué me hizo feliz durante 365 días, 52 semanas, 12 meses.