01 enero, 2011

2010

El dos mil diez se ha llevado muchas cosas con su desaparición. Además de pequeños disgustos, ha traído grandes ilusiones. Ha sido... Uno de los mejores años. Aunque eso se dice de todos los que pasan. Con el tiempo, empiezas a comprender el sentido de la frase "Después vendrá quien bueno te hará". Así, las primaveras van corriendo en la mente más rápido, más deprisa, hasta que, entre verano y verano, parece haber únicamente una semana. En realidad, cada uno de los años que he podido vislumbrar han sido inolvidables. No podría elegir uno de entre los diecisiete (y medio), que he visto andar a mi lado, así que he decidido que no voy a despedirme de ellos. Puedo cogerlos y llevármelos a cuestas. No me costará porque sé que ninguno me ha dejado sin sonrisa, sin promesa cumplida o sin ganas para llegar al siguiente. 2010, quédate conmigo un rato más. Agarremos una copa y celebremos los momentos que hemos vivido juntos. No te vayas todavía, no te marches aún. Quiero que me recuerdes qué me hizo feliz durante 365 días, 52 semanas, 12 meses.

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