26 abril, 2011

Québec, espérame.

Anoche soñé que volvía a Canadá. A Québec. Regresaba a ti, Corinne. Paseaba por las calles y me acordaba de las risas y de las palabras que soltamos entre sollozos. Te llamaba por teléfono, pero tú no podías venir a busarme. Julien sí, Julien corría a mi encuentro. Me desperté después de su abrazo, con lágrimas en la almohada y el corazón encogido debajo de las sábanas. Me entraron unas ganas terribles de coger un avión para llegar a seis mil kilómetros en horas, para reírme otra vez contigo, para... Ser feliz. Nunca he deseado algo tanto. Echo de menos Canadá, porque allí me sentía como en casa. Es raro, porque ni siquiera en España me siento así.

Dame una sonrisa

Dame una sonrisa. Haz que me olvide del mundo, que crea que sólo existimos tú y yo. Dime al oído que me quieres, y que no puedes vivir sin mí. Grítame que me quede contigo, que prometo no poner oposición alguna. Abrázame tan fuerte que no pueda irme de tu lado en una buena temporada. Ponme nerviosa con una mirada. Sonríeme y prométeme el mundo, que yo te daré mi corazón sin pensármelo dos veces.

So fast.

My heart was beating fast. So fast. You were in my arms at last. I could kiss ou without being afraid of anything. I loved the way you smiled while you were telling me you were in love with me.

Mi número de la suerte

Eres... Justo lo que necesitaba. Te encontré en el momento oportuno, en el metro correcto. Siento que no me equivoqué de línea al cogerla, que besarte fue lo mejor que pude hacer aquella noche. No me arrepiento de haberme subido a ese tren, ni de haber cambiado todo por ti. Eres la mejor apuesta que he hecho en mucho tiempo, con la que todavía no he perdido ni una sola vez. Eres mi número de la suerte, mi trébol de cuatro hojas. Supongo que por eso me gustas, porque no me ha pasado nada malo desde que estás a mi lado, porque no permites que me pase.

Todo es diferente contigo

Me veo con la misma cara de idiota, otra vez. Sonriendo por nada y con el corazón en la garganta. Estoy viendo cómo me cambio cincuenta veces de ropa, pensando en cuál te gustará más. Me maquillo y me miro en el espejo más que de costumbre. Me pinto las uñas de forma llamativa sólo para que tú te fijes. Puedo verme volver a empezar, a esperar a que vengas a buscarme, a sentir las mariposas en el estómago al recibir uno de tus besos. Todo es lo mismo, pero diferente contigo.

Cuando estoy contigo

Es tan fácil sonreír cuando estoy contigo, aunque sea por nada. Hacía mucho que no me veía tan bien sólo por estar sentada al lado de alguien. Has traído algo a mi vida que nadie más que tú podría haber traído. Has hecho que las cosas cambien y... Que vayan a mejor. Has conseguido apartarme de aquella droga que siempre conseguía engancharme y llevarme para sí. Me has sacado de la espiral que tenía por vida y me has enseñado otro camino, un camino que tiene piedras más grandes, pero que me ayudas a saltar. No tengo más que palabras de agradecimiento para ti, más que caricias y besos para la persona que, en vez de dejarme en el fondo del pozo, tiró de mi mano hasta dejarme fuera, en tierra firme.

Parques.

En aquel parque, se me olvidó todo lo que había pasado. Me sentía bien y no necesitaba que nadie más estuviese conmigo. Había estado toda la mañana nerviosa, pensando lo incómodo que sería, lo poco que apetecería repetir. Sinceramente, no esperaba encajar de esa manera, ni sonreír tan pronto. No creía posible estar en ese lugar, que tan cerca estaba de mi casa y que jamás había visitado. Quizás era el buen tiempo, el buen humor que se respiraba en el ambiente, la hierba recién cortada, lo que me hacía ser feliz. Quizás... Eras tú.

13 abril, 2011

Uno de Diciembre, 2008

Me acuerdo de aquella mañana como si hubiese sido ayer. Recuerdo estar muy nerviosa y de haberme cambiado de ropa cincuenta veces por lo menos. Salí con una sonrisa inmensa de casa y me dirigí al instituto con una alegría que pensé que nunca llegaría a ponerme de chaqueta. Sinceramente, las dos primeras horas de clase se me hicieron eternas, en gran parte a que no podía cesar mi nerviosismo. Estaba que me caía de la silla. Entonces, se apagó la luz en el Teatro Concha Espina. Comenzaron nuestras manos a enlazarse y tus labios a buscarme. Mi corazón latía rápido, con expectación. Te acercaste a mi oído y... Se me ha caído. Me lo he cargado todo. Y no estoy precisamente orgullosa de ello. Han sido dos años, dos años y cuatro meses de mi vida en los que he llorado muchísimo y en los que también he reído como nunca lo había hecho. Tú... Tú has sido mi prioridad, mi reto personal. Te convertiste, poco a poco, en la razón de mis lágrimas, pero también en la de mi sonrisa. Tú me has cambaido. Has reordenado mis esquemas. Has logrado mi corazón y... Mi confianza. No sólo has sido mi novio. Has sido mi mejor amigo y mi peor enemigo, mi debilidad y lo que me daba fortaleza, un perfecto romántico y un odioso gilipollas. Podría pasarme días escribiendo lo que has sido, pero creo que te haces a la idea. Y ahora... Ahora ya no estás. No estás porque yo te pedí que te fueras. Tuve que hacerlo y tú no pareces entenderlo. Cuando estés menos dolido, espero que pienses más de una vez en mí, en todo lo que te quise, en lo ciegamente que confiaba en ti, en cómo me porté contigo. Espero que me perdones porque... Creo que no puedes tachar dos años de tu vida del calendario diciendo que todo era mentira. Sabes que no lo era.

11 abril, 2011

Globos

Me he equivocado muchas veces. Ésta no ha sido la primera, ni será la última. Sé que nuestro amor no se ha esfumado, que sólo estás terriblemente dolido, como yo; pero también creo que es hora de dejarlo marchar. Es tiempo de soltar el globo y ver cómo asciende hasta las nubes. Alguien lo encontrará cuando caiga y, sinceramente, espero que sepa aprovecharlo, que lo hinche de nuevo de amor y cariño, que lo utilice como se merece y como nosotros no hemos sabido. Espero que, si no lo quiere, lo venda y que... Si lo pone en venta, ninguno de nosotros esté ahí para comprarlo.

09 abril, 2011

I'm sorry, it's all that I can say.

Te has ido de mi vida, y yo ya no puedo hacer nada para que te quedes. Me he quedado sin palabras de amor que decirte, sin frases de esperanza para aquello que tuvimos. Maldita sea, ¿por qué has huido de mí? ¿Por qué me has callado la boca con dolor? No quería largarme así. Aunque supongo que, después de todo, me lo merezco porque yo no sufro como tú sí que lo haces, ¿no?

07 abril, 2011

This house was once a home.

But I broke that home with some lies and a lot of tears. I couldn't hold it, that's why it's only an empty house now. I'm so sorry for what I did. And I know it's not time to complain or to apologize, because everything's over, everything's broken. I remember when we used to live there, when we used to laugh, when we used to cry and when we used to love each other.

Nightmares.

Hoy voy a tener pesadillas... Sobre soledad. No quiero, pero sé que mi subconsciente es muy traicionero y que hará lo posible por hacerme pensar que me he equivocado. Me siento terriblemente sola en este mundo vacío de sentido y sentimiento. Me veo apagada, marchita en este invierno continuo. Por eso no deseo que vengas a hacerme conmpañía esta noche. No te acerques, no. Quédate a salvo donde no pueda hacerte daño, donde mis horrilbles sueños no te lleguen al oído.

Sólo vuela muy lejos.

Ya no llenas mis horarios ni me gastas los días del año. Me cuesta creer, la mayoría del tiempo, que no estás aquí, que no puedo llamarte para que vengas, que no debo darte un beso si te da por aparecer. Me duele saber que estás tan lejos, pero, a la vez, me siento orgullosa de ti, porque has conseguido volar sin mí. Aunque ahora estés muy cerca del suelo, sé que pronto levantarás el alma y, con él, las alas. Verás altas montañas, inmensos lagos, profundos mares. Conocerás el mundo, lo majestuoso que es, lo mucho que te está esperando. Entonces, te darás cuenta de que eres feliz. Y de que no te hago falta. Ahí, cariño... Ahí, amor, seré inmensamente feliz.

Trying to live without you

Nunca creí que fuese tan difícil vivir sin ti. La verdad es que me duele verte y pensar que ya nunca más despertaré contigo, que se acabaron las siestas, que terminaron las noches en vela. Quizás es el miedo a empezar de cero lo que me acobarda, me paraliza, me hace llorar. Me molesta que el amor sea así. Me repatea no poder amarte como tú sí que me amas a mí, incondicional, eternamente.

Qué miedo.

Qué miedo da el quedarse a solas, sobretodo en la oscuridad. Qué miedo dan los abandonos, sobretodo si son de gasolinera. Qué miedo da volver a empezar, sobretodo algo que ya has vivido. Qué miedo dan las tormentas, sobretodo cuando son dentro de casa. Qué miedo dan las palabras, sobretodo cuando hacen daño, sobretodo cuando llegan. Qué miedo dan las apariencias, sobretodo cuando debajo no hay nada. Qué miedo da cuando llueve, sobretodo cuando es verano. Qué miedo dan las sábanas vacías, sobretodo una mañana de invierno. Qué miedo da lo que digan, sobretodo cuando es bueno. Qué miedo da echarse a la cama, sobretodo si estás seguro de que no vas a levantarte con nadie. Qué miedo dan los desconocidos, sobretodo cuando son simpáticos. Qué miedo da no tener dinero, sobretodo en Navidad. Qué miedo dan tus besos, sobretodo cuando no son para mí.