30 agosto, 2011

Yo sólo quiero besarte

Me gusta el sabor de tu piel, el olor de tus besos. Me encanta el tacto de tus labios en los míos y... Cuando sonríes porque te digo algo bonito. Cada día estás aquí, a mi lado, en mi cabeza, o en mis brazos. No hace falta que te encuentres físicamente cerca de mí. Y eso me vuelve tremendamente loca. Quizás alguna mañana esté por la labor de contarte todo lo que, de verdad, me haces sentir. Dudo que me levante de tan buen humor, incluso si estás metido en mis sábanas. A ti se te dan mejor las acciones y yo... Yo sólo quiero besarte.

25 agosto, 2011

Relax

Hay veces que la vida da mil vueltas, que pasan cosas, que sales y te encuentras con las calles totalmente cambiadas. Hay días que tienes millones de acciones que hacer, que debes cambiar las sábanas de la cama; en los que te das cuenta de que no puedes parar quieta y respirar. Sin embargo, también hay tardes, y mañanas, y noches, en las que sólo tienes que concentrarte en que cada célula de tu cuerpo esté dentro de la manta, en acomodarte en el sofá y en... Descansar de esta loca vida que no te deja en paz.

19 agosto, 2011

Increíblemente feliz

Me haces increíblemente feliz con una sonrisa. No puedes ni imaginártelo. Creo que estoy empezando a sentir cierta adicción por ti, por tu mirada, por tus abrazos, por tus besos; sin embargo, opino que no es malo engancharme a ti. Así que, si me lo permites, voy a depender un poco de ti para sobrevivir. Prometo no molestar demasiado e intentar no agobiarte. Sólo pido palabras de amor de vez en cuando y una sonrisa al día como mínimo, pequeño. No es mucho, ¿no? ¿Qué puedo darte a cambio? ¿Te vale con mi corazón?

10 agosto, 2011

Mi mejor verano

Eres el más sabroso helado que he probado, la playa más bonita que he visto, la arena más suave por la que he caminado, el agua más cristalina en la que me he bañado, los rayos de sol que mejor me han acariciado... Eres el mejor verano que he vivido.

Quiéreme como si me perdieses mañana

Quiéreme como si fuese el último día que nos vemos. Bésame imaginando que me voy a un viaje interminable a miles de kilómetros de distancia. Acaríciame suave, con miedo a hacerme daño. Cuéntame los secretos que sólo le confías a la almohada. No existe mañana, así que no me lo prometas de momento. Sólo quiero que te quedes hoy, y que me trates como si fueses a perderme al despertar.

Mismos lugares, distintas sonrisas

Lo nuestro no fue un amor a primera vista, ni algo fácil de llevar al principio. Hemos ido poco a poco, paso a paso, despacio, pero sin pisar los frenos. Me has enseñado a ir a tu ritmo sin dejar de seguir el mío. Has conseguido convertirme en una persona totalmente diferente a la que era semanas antes de conocerte. Contigo, no tengo más que concentrarme en ser feliz. Y eso me encanta. Me gusta que te ocupes de mí, que me cuides, que, aunque no comprendas por qué lo estoy pasando mal, me abraces y estés a mi lado, callado y, sin embargo, tan presente. Ni siquiera tengo que pedirte que te acerques a mí, porque ya lo haces tú. Creo que no me equivoqué al cambiar de línea de metro aquel día. Ahora... Ahora no te puedes ni imaginar lo bien que me lo paso dando vueltas y vueltas por las mismas paradas. Lo curioso es que me da igual pasar por los mismos lugares. Me es indiferente porque... Porque tu sonrisa nunca es la misma y cada vez es más grande.

09 agosto, 2011

Te quiero, te adoro, no puedo vivir sin ti.

Sería fácil, demasiado fácil, decirte lo que todos se gritan: Que te quiero, que te adoro o que no puedo vivir sin ti. Podría alargarlo de manera innecesaria, intentando añadir un poco de romanticismo a esas tres frases. No voy a escribir palabras que se puedan borrar, no pienso intentar sacar cada parte de mi corazón para ponerlo en un texto que vas a leer y vas a olvidar. No. Han pasado unos cuantos días, unos cuantos días desde que rocé tus labios. ¿Sabes lo que has hecho desde aquella noche? Has ido llevándote a trozos pequeños mi cariño. Cada vez que venías a buscarme, que me abrazabas para reconfortarme, que me dabas un beso para despedirte, metías en tu bolsillo un poco de mi amor. No lo tienes entero aún, quizás no lo tengas jamás al completo; sin embargo, pareces divertirte montando mi afecto de nuevo en un sitio diferente, en un lugar desconocido para mi. Hazme un favor: No me dejes encontrarlo. Quédatelo. Sé que los "para siempre" no existen, que puede que seamos algo efímero en la vida del otro, pero, por favor, hazme creer que tu sonrisa va a quedarse indefinidamente conmigo. Dime... Dime que me quieres, que me adoras, que no puedes vivir sin mí.

02 agosto, 2011

Ángel.

¿Sabes qué? Quiero que te quedes conmigo. Quiero que conquistes el mundo y me regales Australia. Y te preguntarás: ¿Por qué Australia? Porque es lo suficientemente grande como para perderme, pero jamás lo suficientemente gigante como para que no seas capaz de encontrarme. Al fin y al cabo, eres el único que aguanta cada una de mis estupideces, de mis charlas interminables. ¿Qué haría yo, perdida entre canguros, sin ti?