01 mayo, 2010

Uno de Mayo.

Me cuesta describir lo que siento cuando pasamos un tiempo juntos, sobretodo cuando lo pasamos realmente bien. Me gusta como suena el silencioso toque de tus manos recorriendo mi cabeza, me encanta cuando tus dedos se enredan en mi pelo. Estoy enamorada de tu risa, no puedo resistirme a tu sonrisa y tus labios carnosos son mi perdición, incluso cuando están tristes. Es increíble el suspiro que me recorre la espalda cuando me miras, cuando me prestas atención ese susurro se convierte en grito, en un aullido que cuenta los aleteos de las mariposas gigantes de mi estómago una a una, parando para describirlas. Tienen tantos colores que la sensación me dura hasta la mañana siguiente, tras desperezarme entre las sábanas con la certeza de que no estás, deseando que pronto se acabe esa vacío que me cala los huesos al no verte allí, tumbado en la cama conmigo, respirando mi aire y yo, respirando el tuyo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario