28 mayo, 2010

Recuérdame.

Cuando sople el viento suave, recuérdame, acuérdate de las caricias que se quedaban en tu pelo enredadas. Mientras estés tumbado al Sol, con su brillo en tu mirada, rememora aquella noche en la que nuestros cuerpos no podían dejar de tocarse aunque estuvieran ardiendo de calor. Y si la lluvia te moja, si te empapa las mejillas y te trae anhelos de un día mejor, no la eches, no te escondas para que no te llegue, permite que te traslade mis besos, esos que echaré al aire cada mañana soñando que cruzan el océano y vuelan hacia ti.

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