06 mayo, 2010

Ese lado del salón es mejor.

Te preguntas una vez más, con tu cabeza llena de estupideces, por qué no te dejas llevar una última noche, a su cama, a su sofá, a sus brazos, que se agarran tanto a ti que parece que no hay más en el mundo. Te has cuestionado tu cordura cada día, sin embargo, ¿cuántos segundos has pensado que no lo querías? Nunca, ni siquiera una milésima de tu tiempo lo has gastado en eso. Porque sabes que es imposible para ti no sentir nada por un ser tan adorable e imbécil, que se viste siempre con una sonrisa, que piensa en traerte el desayuno a la cama sabiendo que no podrá hacerlo. Mañana pondrás de excusa que te caes, que ese lado del salón era mejor, únicamente por tocarle, por sentir como su corazón se acelera al observar como tu barrera se destruye, poco a poco, con sus besos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario