18 mayo, 2010

Adelante y atrás.

Tengo miedo a perderte. O eso me parece. Estoy asustada, porque has cambiado, te has convertido en aquello que juraste que nunca serías. Esta vez no puedo esconderme debajo de las sábanas esperando que pase la noche, ni acurrucarme entre tus brazos y tú entre mi pelo. Tendré que soportar la oscuridad y los días nublados, las malditas jornadas soleadas sin ti corriendo por mi playa. Jamás me había sentido así, tan estúpida. Esto parece tan irreal que podría destruirlo con mis débiles manos que están cansadas de tanto luchar, de tantos golpes contra el suelo y de tantas mentiras. Acaba con esto ya, porque no sabes lo que duele creer que te tengo y, después, darme cuenta de que no. Recuerda, nuestro tiempo es tan frágil que hasta eres capaz de romperlo en pedazos, de pararlo, acelerarlo y reiniciarlo. No te desearé suerte, porque aquí estamos los dos peleando nuestro último suspiro por algo que no lleva a ninguna parte, ni para adelante, ni para atrás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario