26 febrero, 2010

Máquina de pensar en ti.

Grito, me aferro a la vida como puedo, me sujeto el corazón y me acurruco. Me levanto, salgo de esa habitación, el beso amarillo me observa y fracciona lo poco que quedaba cuerdo en mí. Me alejo, otra habitación. Es naranja y tiene un gran oso marrón en el suelo. Ya no puedo más. No logro escapar de ti, de mis estúpidos recuerdos sujetos con pegamento a mi mente. Una máquina de pensar en ti, ya sea bueno o malo, es lo que soy, lo que siempre fui.

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