12 febrero, 2010

Febrero

Hoy no llueve, ni graniza, ni nieva. Tiemblo. Sé que el tiempo pasa y se acaba, no lo estoy aprovechando. Dejo el reloj en la mesa. No voy a contarlo, ni pensaré en ello mientras me quede. Correré más que él o, al menos, lo intentaré. A la mitad del camino entre la buena y la mala opción, me cansaré, dejaré el trabajo a medio hacer, como siempre. Tendré que esperar al último día para estar bien, para, por fin, apreciar los minutos que tenía. Si fuese lo suficientemente lista, empezaría desde ahora mismo. Pero, ¿cómo?

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