27 septiembre, 2010

Invierno.

Lo nuestro ha existido lo que ha durado un largo invierno, lleno de ternura y de calor cerca de la chimenea. Ha tenido tiempo de moldearse, de quedarse, de tener días de frío, y con nieve. Ha habido tormentas, de días, de apagones mundiales y reconciliaciones como rayos, de cinco segundos, y se acabaron. Debastador, así ha sido nuestro amor. Se ha llevado todo con el agua de las lágrimas al caer sobre las casas. Se ha cargado la carretera con el hielo que ha arrancado de nuestros corazones y que ha ido quedando en los bordes. Nunca hemos terminado de pelear, sólo hemos dejado la pala de apartar la nieve y hemos corrido dentro de casa, al sofá, o a la cama, y nos hemos dado demasiado. Entonces, volvíamos a empezar. Al amanecer, ya teníamos un nuevo tema de discusión. Mi amor, ha llegado la primavera. Y esa estación no es la nuestra. No hay nieve, no hay chocolate caliente, no hay chimenea ni hay besos entre las mantas de encima del sofá.

1 comentario:

  1. Se dice, se comenta, que después de la tempestad, viene la calma. Y que después de la calma, viene la tempestad.

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