09 enero, 2010

¿Huir? No, gracias.

Y si fuera tan fácil, huiría. Pero no. Soy una cobarde. No se me da nada bien echar a correr ni cerrar puertas en las narices, ni decir adiós, ni dar un último beso. He llegado a la conclusión de que no soy buena para eso que se conoce como "echar patas".

No hay comentarios:

Publicar un comentario