01 marzo, 2010

Y me encanta porque me encantas tú.

Te quiero, te quiero, te quiero. Claro que te quiero, más que a nada en el mundo. Y me encantas, y sé que puedo vivir sin ti pero no quiero, ni siquiera un poco. Me gusta cuando me haces ser yo misma, cuando me obligas, con la mirada, a hacer cosas que nunca haría, como volar a cien metros sobre el suelo, como soñar mil y una veces con la posibilidad de que te quedes a dormir conmigo. Me has cambiado, me has revolucionado todo. Has venido y has colocado tus cosas como se te ha venido en gana en mi preciado y artístico orden caótico. Ha llegado un momento en el que me da exactamente igual repetir palabras, ¿te has fijado? Porque te necesito y, cuando te necesito, me olvido de cualquier situación que no tenga que ver contigo, contigo y con tu boca, contigo y con tus ojos, que nunca son del mismo color. Como todos los días, que son distintos, puede haber malos y buenos, pero siempre para nosotros. No para ti, ni para mi. No. Porque somos nosotros. Me gusta esa palabra. Me gustas tú. Y no puedes dejar de gustarme, porque cada vez que estamos juntos tengo más y más ganas de ti. Me sorprendo a mí misma buscando tiempo donde no lo tengo para estar junto a ti, porque es lo único que quiero hacer toooooooooodo el rato. Porque hoy, aún siendo pocos los minutos que hemos pasado, han sido unos, han sido de los mejores. Hacía mucho que no me reía a carcajadas. Hacía mucho que no te sentía tan cerca como lo has estado hoy. Y me encanta porque me encantas tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario