09 noviembre, 2011

Nueve de Abril

Sería mentir si dijese que no me acuerdo de ti todos los días. Quizás no a cada hora, pero sí lo suficiente como para asegurarte que está claro que en mi cabeza está grabado tu nombre. La verdad es que me haces muy feliz, consigues que los domingos merezcan la pena, y las mañanas en la cama. Tú eres lo que nunca pensé que serías en mi vida, alguien que se ha metido hondo, hondo en este estúpido corazón. Tanto que hasta que es el recuerdo de tu sonrisa lo que logra que me despierte de buen humor, y lo que me provoca sueños bonitos. Lo que es curioso, además de todo esto, es que las mariposas que comenzaron a revolotear la noche del nueve de Abril, siguen aquí, en mi estómago, después de siete meses.

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