07 noviembre, 2011

Besarse con los ojos cerrados.

No me gustaría perder la buena costumbre de besarnos con los ojos cerrados. ¿Sabes por qué? Cuando te doy un beso sin verte, todos mis demás sentidos se acentúan. Siento el latido de tu corazón en mis labios. Soy capaz de oler el suave hedor de tu colonia. En mi lengua, comienza a meterse el sabor de tu boca. Y escucho tu respiración; a veces, apasionada, otras veces, tranquila. Y, sin embargo, lo que más me gusta de todo es abrir los ojos y darme cuenta de que sigues aquí, conmigo, y que, incluso, estoy un poco más enamorada de ti.

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