23 abril, 2010

Perdón, ¿por qué?

Te pido perdón pero, ¿por qué? Porque tú quieres, porque es lo que quieres oír para sentirte menos culpable, porque eres un caprichoso que sólo desea su capricho. Ni siquiera sabes por qué debería disculparme. Busca una excusa, corre, que se te acaban en la tienda de la esquina. Espera a que me encienda, a que me dé por decir tonterías no tan estúpidas. Al que le toca agachar la cabeza es a ti, mi amor. Y yo no puedo hacer nada más que hacértelo ver. Estás tan obstinado en que tú tienes la razón que no eres capaz de mirar hacia delante y darte cuenta de que estoy ahí.

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