03 octubre, 2010

You could be happy.

No voy a decirte qué hacer. Me he cansado de llevarte por el camino que me gusta. A partir de ahora, te toca volar solo. Te he enseñado muchas cosas, tantas como he aprendido de ti. Pero, aquí, en este punto de la carretera, nuestras almas se separan para echarse de menos todo lo que les queda por vivir. Hasta aquí he llegado para salvarte. No voy a hacerlo más. No voy a dejarte mis zapatos si se te rompen los tuyos. No vas a tener mi paraguas cada vez que llueva. No tendrás mis sábanas para dormir, ni mis brazos para llorar. No. Ésto se acabó. Ahora te toca a ti volar, volar alto, sin ninguna piedra en el bolsillo dictando lo que tienes que hacer. Vamos, vuela, pequeño. Yo confiaba en ti. Sabía que podías hacerlo. Ahora que tus alas se despliegan, yo no tengo nada que hacer, más que mirar como te mueves en esta gran selva que algunos todavía llaman mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario