18 julio, 2010

Forma de ver las cosas

Coincidió en que no fue la mejor forma de decirlo. Había hecho un poco de fuego en su corazón, o quizás lo había congelado demasiado. Sabía que nunca nada volvería a ser lo mismo, pero, finalmente, aceptó con un falso optimismo que el pasado jamás regresaba, fuese malo o tremendamente bueno. Aquella noche, se arrepintió de haber abierto la maldita y estúpida boca que actuaba bajo efectos del alcohol. Miedo. Eso es lo que, en ese momento, sentía. En cada parte de su cuerpo algo gritaba que había hecho lo incorrecto, que todo había sido demasiado rápido. A seis mil kilómetros, había aprendido a esperar; sin embargo, se mostraba cómo su mente no lo ponía en práctica. Las palabras no eran las que debería haber utilizado, ni los gestos. ¿De verdad dolía tanto? Claro que dolía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario