09 enero, 2010
Y me tiré.
Miro al mar, tan tranquilo, sin una sola ola. Empieza a llover, el agua se remueve y comienza a saltar hacia mí. Siento como las gotas recorren mi cara. Necesito olvidarme de todo. Poso mis pies sobre el último trozo de piedra. Noto como se mueve. Me mantengo allí, observando el vacío. Deseando acabar pronto con esta inútil existencia.
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