-¿Crees que algún día dejaré de perder?
+No.
-¿Debería alegrarme?
+Tienes la suerte de haber visto una estrella fugaz una noche en la que no pudiste dormir, me gustaría saber qué pediste.
-A ti.
+¿Por qué? A mí ya me tenías.
-Esta vez, no tienes razón.
+Puede ser.
09 enero, 2010
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