¿Y si de verdad no podía vivir sin él? ¿Qué iba a ser de todo? Sí, porque él era su todo, era hora de admitirlo. Parecía tener el paraguas que la salvaría de cualquier lluvia, la sonrisa con la que muchas situaciones daban a conocer su lado bueno. Y todo por él.
09 enero, 2010
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