27 octubre, 2011
Tu cuerpo
Tu cuerpo se acerca en esa cama infinita, me das besos por la espalda. Mi orgullo se desvanece a la velocidad que tus manos recorren mi piel. Me doy la vuelta y te miro. Pones esa media sonrisa torcida que tanto me gusta y se me olvida por qué me había girado, por qué no te estaba observando. Debería conocer tus movimientos ya; sin embargo, pillas a mi corazón con la guardia bajada veinticuatro horas al día ante ti, ante tus ojos, ante tus labios, ante tus caricias de amor ilimitado.
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